París. Verano de 1942. Irene es una joven judía de 19 años que rebosa energía. Su familia la ve descubrir el mundo, sus amigos, su nuevo amor y su pasión por el teatro. Ella quiere ser actriz y vive la vida con la característica despreocupación de la juventud. Pero hay algo que Irene no sabe: todo lo que ama de la vida -sus sueños, proyectos, el día a día con sus afectos- puede tener los días contados.
Este drama es el que cuenta en su primer largometraje la actriz y ahora directora francesa, Sandrine Kiberlain. La creación, Une jeune fille qui va bien (A Radiant Girl - título provisional), producida por Curiosa Films (Christine De Jekel, Olivier Delbosc), presta a estrenarse en salas en 2021, acaba de sumarse al portafolio internacional de France tv distribution.
Encabezan el elenco, Rebecca Marder, interpretando a Irene, junto a André Marcon, Anthony Bajon, Françoise Widhoff, India Hair y Ben Attal. Kiberlain, de 52 años, protagonista en 56 películas, dirigió hace cuatro años un cortometraje, Bonne figure, protagonizada por Chiara Mastroianni.